En el colegio de San Vicente de Paul, habia seis balcones en la primera planta, y otros seis en la planta superior, donde estaban las aulas y las habitaciones de las monjas.
Durante muchos años, el Colegio de San Vicente de Paul, organizaba tunas femeninas, donde las niñas y adolescentes, iban con su bandurria y sus capas, que recorrian las calles, salian en carrozas, y participaban en los teatros que se hacian los domingos, en un escenario que habia en la planta calle, en la aula que impartia clase Sor Dolores.
La puerta al colegio era pequeña, y estaba situada muy cerca de la Iglesia de San Valero. Mas arriba se situaba la entrada principal del convento, con un amplio patio y unas grandes puertas. Cuando tocabas el picaporte o el timbre, para hablar con alguna monja, durante muchos años, siempre estaba Ventura, que ayudaba a las monjas en todo lo que podia, era como una dama de llaves del convento.
Muchas veces cuando paseabas por la calle, se oia el sonido de un piano, que procedia de una de sus ventanas, eran las clases que impartia Sor Maria Siches.
En el recreo de este colegio, posiblemente se colocaran las primeras canastas de baloncesto que se instalaron en el pueblo, recordamos que las canastas estaban situadas bastante altas.
Este colegio tenia una capilla privada para las oraciones de las monjas, seguramente todas las estudiantes que pasaron por sus aulas la recuerden, porque era uno de los lugares más emblematicos del inmueble.
En la parte trasera, colindando con el recreo, habia una gran terraza, que estaba siempre llena de bonitas macetas que cuidaban las monjas.
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